"Las Confesiones" de San Agustín

11.05.2020

San Agustín nos cuenta la historia de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte de su madre, las ciudades que ha visitado, los males que ha cometido, los llantos de su madre hacia Dios tras estos males, el paso por diferentes pensamientos filosóficos, la superación de dichos elementos y la llegada a unas conclusiones consistentes.

En primer lugar San Agustín busca desesperadamente una vida feliz, busca la sabiduría real, y por ello va seguir distintas doctrinas hasta alcanzar la doctrina que le convenza. Empezará su camino con la lectura del libro de Cicerón, "Hortensius".
Considera pecado la negación de adherirse al ser, esto significa conocer a Dios. Adherirse a tu ser significa a la vez encontrarse a sí mismo y encontrar a Dios. Para ello necesitaremos un sentido interior que te lleva a, como lo llama San Agustín, la "iluminación".
"Sumo eres y no mudas ni pasa por ti el día de hoy, aunque está en ti"
En Dios están todas las cosas puesto que Dios las ha creado, hasta el espacio y el tiempo están en Dios, esto quiere decir que no "sufre" el espacio ni el tiempo, por lo que es un ser eterno que como dice la cita "no pasa por ti el dia de hoy" no distingue entre presente, pasado y futuro, en la medida en que el pasado ya no existe, el futuro aún no existe y el presente pasa continuamente a pasado.
"Porque este nombre, Señor, nombre de mi Salvador e Hijo tuyo, lo bebí piadosamente con la leche de mi madre y por tu misericordia lo conservaba grabado en lo más hondo de mi corazón"
Para Agustín el camino para encontrar a Dios lo hace el hombre "desde lo más hondo de su corazón", es decir, mirando en su interior puede encontrarse a sí mismo, a su ser, esto es también encontrar al Ser supremo, Dios.
Menciona a su madre numerosas veces rogando a Dios que salve a su hijo y, aunque Dios le escuchó, no actuó, debido a la habitual búsqueda de San Agustín en el exterior y no en el interior.
Dios no creó todas las cosas y se fue, y nos dejó solos, sino que todas las cosas están en Dios, Dios está en la verdad, en tanto que es la Verdad misma, y en lo más íntimo del corazón de cada uno, en tanto que esencia que lo crea todo.
Para explicar el problema del mal, San Agustín se remonta a su juventud intelectual cuando decía que la sustancia inmutable, siendo este Dios, erraba. Sin embargo la libertad que tiene el humano, el libre albedrío del hombre, podrían conducir al pecado, así que no es Dios el que crea el mal, no es Dios quien entrega el mal a los hombres, sino que los hombres podemos elegir el mal libremente. Las almas humanas son corruptibles, pero hasta la corruptibilidad es buena hasta que se corrompe. No existe el mal, o Dios no ha creado el mal, ni ha puesto el mal dentro del hombre, ya que si todas las cosas corruptas son buenas, y la sustancia incorruptible es buena también, no existe cabida para el mal. Además para que se corrompa algo, previamente tiene que ser corruptible, y por tanto bueno.
"Señor mío que eres la verdad" Al final de su pensamiento veremos cómo identifica la Verdad con Dios, por ello cuando dice "siempre creí en tu existencia" está hablando de su camino hacia la Verdad que cae en la cuenta más adelante de que el creador de todas las cosas es la Verdad misma.
El problema que manifiesta San Agustín es no poder imaginar una sustancia que fuera distinta a lo que capta por la vista aunque para entonces no imaginaba ya a Dios como una forma humana.
Afirmaba entonces un ser incorruptible, puesto que sabía, aunque no por que, que la corruptibilidad era inferior; inviolable e inmutable puesto que ha de haber un ser que cree todas las demás cosas, que serán mutables. Aun así seguía el problema de la corporeidad, no cabía pensar que existiera una sustancia incorpórea que fuera diferente a la nada.
Aun Dios no había iluminado a San Agustín, a pesar de haber aceptado ya suexistencia como creadora de todas las almas. Paralelamente huía de las ideas de los maniqueos, puesto que ya las suponía superadas ya que se apartaban por completo de la fe, hundiéndose en la peligrosa ciencia.
Se planteó la cuestión de la belleza, ¿cómo puedo juzgar que esto sea así, y aquel lono es así? Es en ese momento en el que afirmaba una verdad eterna e inmutable por encima de la mente. Esto le llevó al contacto espiritual con el alma, con lo más profundo del alma mediante, como lo llama él, "el sentido interno". En este momento se le apareció la Verdad, entendió que sabe que es inmutable porque sabe que prefiere lo inmutable a lo mutable, vio a Dios.
Pero necesitó al Hijo de Dios para que le guiará hacia el verdadero camino, hacia la Verdad, hacia la vida, puesto que el mismo es el camino, la verdad y la vida.
Se alejó del camino y necesitó una luz que le despejara las tinieblas. Cuenta una historia en la que, desesperado por encontrar la verdad, le ruega a Dios que le libre de la angustia y le diga que es la Verdad. Entonces escuchó una niña cantando: Toma y lee. Fue corriendo a leer la primera pagina que encontro de las Cartas de San Pablo y el contenido de este le esclareció sus dudas. Tras esto se convirtió al cristianismo. (San Agustín ansiaba la búsqueda de la sabiduría, esto le convierte en filósofo, pero no hallo la Verdad únicamente por la razón, sino que la fe era algo necesario para poder continuar su camino).
Finalmente, la madre de San Agustín sufre una enfermedad mortal que le llevará a la liberación del cuerpo, es decir, a la muerte para llegar al Paraíso. La muerte de su madre fue un fuerte golpe para San Agustín, no cesó de rezar a Dios por ella, por sus dones y sus pecados. 

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